jueves, 11 de septiembre de 2008

Crónicas de un plátano (I)

Hubo un tiempo en el que todo era más fácil; no había obligaciones, muy pocas necesidades, ganas de descubir el mundo, mucha gente nueva y una cinta Tdk de 90 minutos.

Y allí estaba Jimmy, más feliz que una perdiz con los demás plátanos en la megaforbia, jugando, viendo salir el sol y compartiendo experiencias. Iban pasando los años y Jimmy se daba cuenta de que siguiendo allí sólo vería lo que las ramas le permitían ver y aprendería lo poco que los demás plátanos le podían aportar, by the way, ya estaban un poco verdes para él. Fue pasando el tiempo y aunque Jimmy seguía en el banano, decidió darse un paseo por aquel lugar tropical del que solo había oído hablar a los plátanos del lado sur.
En sus salidas conoció a gente de todo tipo; cocos, a los que lo único que les importaba era su opinión y a los que no podía convencer de nada, mangos, los cuales vivían inmersos en un mundo de autocomplacencia de olores, sabores y demás placeres, higos chumbos, tipos difíciles de tratar, con entendederas muy limitadas y un extraño gusto por lo común, entre otros elementos de los que no quería ni acordarse.

A pesar de que Jimmy no encontraba a nadie que se le pareciera lo más mínimo, estaba feliz de saber que él era diferente y de que podía obtener conocimientos de todos esos frutos tan dispares que había por allí. Entre paseo y paseo volvía al banano para decírles a sus compañeros cuantísimas cosas había por ver en aquel mundo paradisíaco, pero a ellos les daba igual; eran felices con lo que tenían y hasta empezaban a mirar a Jimmy con cierto recelo cuando les hablaba de todo lo que para ellos era una locura, un mundo demasiado complejo para una fruta tan rica en hidratos de carbono y potasio.

Un día cualquiera y después de volver de uno de sus paseos, Jimmy escuchó las risas socarronas de sus compañeros y decidió esconderse para averiguar de qué se reían. Cual fué su sorpresa al descubrir que él era el objeto de las burlas y crueles comentarios de sus tan queridos plátanos, aquellos que habían convivido con él desde el principio de los tiempos cuando los atardeceres todavía eran rosas. Sin pensárselo dos veces se encaramó al banano, subió hasta arriba, recogió sus cosas y mientras los demás le preguntaban que a dónde iba con una sonrisa falsa, les escupió en la cara y se fué.

Todavía con las lágrimas en los ojos pero con la frente muy alta, Jimmy empezó el camino hacia lo desconocido, no sabía hacia donde iba, pero tenía claro que aquel ya no era su sitio. Caminó durante días por aquel lugar maravilloso, dormía entre hojas y comía lo que había sobrado de algún festín de mangos. Poco a poco se iba desanimando y ya no estaba tan seguro de lo que había hecho. "¿Debería haberme quedado con los demás plátanos?" - se planteaba Jimmy. "No, claro que no, ellos no querían vivir la vida más allá de la megaforbia, yo no soy uno de ellos".
Así pues, con su fuerza de voluntad y auto-convencimiento siguió andando durante varios días mas. Tanto andó bajo el sol que una mañana lavándose la cara en un río, se dio cuenta de que su color ya no era verde, era amarillo e incluso se vislumbraban unas diminutas manchas negras por todas partes. En ese momento le pareció ver en el agua otro reflejo, muy parecido a él pero mas grande y con manchas mas visibles. Levantó la cabeza, miró hacia el frente y allí estaba, era un plátano, el primero que veía en semanas y el primero que veía en tierra firme, sin racimo. Antes de que pudiera reaccionar éste se le acercó y le dijo: "Encantado, soy Brian"

2 comentarios:

Osica dijo...

Hay gente que se conforma con lo que sabe y tiene y no necesita ver más allá. Otros es que simplemente son tan cerrados que se ríen de los que no lo son y están abiertos a nuevas experiencias y opiniones. (Este último tipo de gente me revienta ¬¬ que porque te salgas de los valores tradicionales ya eres rara o no sabes nada! arg ¬¬)

Me alegro por Jimmy y porque tuviera los huevos de seguir adelante él solo. Porque a veces, hasta a la mala compañía se la echa de menos u_u
Aunque este mundo es muy grande, y si Jimmy ha encontrado a Brian, cualquiera puede encontrarse a alguien que, como él, ande vagando en busca de esa cosa especial.

Un besico y ya nos contarás cómo sigue la historia ^^

Anónimo dijo...

memorias de un platano????
gilipollas
jajajaj
te keremos