viernes, 12 de diciembre de 2008

Obscuridad


"Déjame, por favor, no merezco esto, ¿por qué lo haces?, ¿te divierte?, ¿qué pretendes conseguir?" - Ella volvió la cabeza y le clavó los ojos con su sádica mirada; tenía unos ojos que eran capaces de transmitir desde la paz y la quietud más absolutas hasta el miedo y la incertidumbre más aterradoras. Comenzó a reirse a carcajadas, con una risa más propia de una arpía que de una princesa. "¿Acaso no era esto lo que querías?" -dijo- "Ya te lo advertí, ahora atente a las consecuencias".

Él estaba tumbado en la mesa convenientemente preparada para la ocasión. Su cuerpo estaba colocado en forma de equis, casi desnudo y sus tobillos y muñecas insertados en grilletes. Las paredes de aquel lugar tenían manchas de humedad y el extraño olor era tan intenso que casi se podía saborear. Apenas había luz y hasta la música que levemente llegaba a sus oídos hacía presagiar un final, al menos, oscuro.
Una lágrima mezclada con sangre le recorrió el pequeño espacio entre el ojo y el trago de la oreja.

De la parte más oscura de aquel zulo apareció ella, totalmente envuelta en sus extrañas vestiduras de cuero, desgastadas y rasgadas, que permitían ver algunas cicatrices producidas probablemente por las torturas que ella misma había sufrido. Cada vez aparecía con un instrumento diferente para torturar a su víctima, aunque a veces repetía; tenía claro lo que de verdad le gustaba.
Se acercó a él, semidesnuda, se sentó sobre su estómago y le susurró al oído: "no temas, tan solo es un juego; mi juego". Mientras decía esto, empuñó el bisturí y le hizo una pequeña pero profunda incisión justo por debajo de las costillas del lado izquierdo del pecho. El gemido de dolor hizo eco en la estancia hasta que finalmente se disolvió en el silencio más absoluto. Entonces lamió la sangre que emanaba de la herida, lo miró a los ojos durante unos segundos, se levantó y salió de aquel lugar sin mediar palabra.

Durante varios días se quedó allí, totalmente solo, casi inconsciente, sangrando y doliéndose por las magulladuras y heridas que su agresora le había producido.
No paraba de darle vueltas a la cabeza; no dejaba de preguntarse cómo había llegado hasta allí, nunca le había pasado nada parecido, él era fuerte y sobre todo desconfiado, por naturaleza.
De pronto escuchó el rechinar de la puerta del zulo abriéndose y decidió hacerse el dormido. Ella se acercó lentamente y se aseguró de que aún seguía vivo, volvió a subirse encima de él esta vez con un cuchillo de carne tan enorme que apenas podía sujetarlo con sus delgadas manos, lo levantó por encima de su cabeza y tras vacilar un momento, le besó dulcemente los labios, soltó el cuchillo, lo abrazó y comenzó a llorar. Permaneció allí durante horas, llorando, apoyada sobre su pecho hasta que finalmente, exhausta, se quedó dormida.

Él la apartó con cuidado de no despertarla, cogió el cuchillo y con un rápido movimiento lo clavó en la delgada espalda de aquella mujer, ésta exhaló el poco aire que le quedaba en los pulmones intentando decir lo que parecían dos palabras, pero no consiguió saber qué dijo.

De pronto se dio cuenta; miró su mano derecha, aún sujetando el mango del cuchillo en la espalda de ella. Atónito, volvió sus ojos hacia su mano izquierda y con solo moverla hacia arriba se liberó del grillete que la sujetaba y posteriormente hizo lo mismo con sus pies. Apartó el cadáver y salió de aquel espantoso lugar.

Ahora todo encajaba; los grilletes estaban sueltos, siempre lo estuvieron.

martes, 2 de diciembre de 2008

Eclipse de Mar

A la mierda con todas las mentiras que te iba a contar. Me he dado cuenta de cuán fácil es que te cambie el ánimo incluso puede que hasta el sendero cuando menos te lo esperas. Depende de mí y sólo de mí, como casi siempre. Y esta vez lo voy a hacer, te lo advertí, te dí la llave pero no quisiste abrir la puerta. Bien es verdad que la situación no era la mas propicia, pero de eso precisamente te hablo, de que no hace falta que el momento lo sea, sino tener la disposición a dar un paso sin miedo a tropezarte.

Y es que, al igual que los eclipses, hay ciertas ocasiones que se repiten con poca frecuencia y que, aunque en realidad tienen poco o nada en común, vienen a darte el mismo efecto. Como digo, todas esas ocasiones comparten algo: el llevarte a un lugar donde muy pocas veces eres capaz de llegar, ¿sabes de qué te hablo? Allí donde es fácil olvidar los desengaños, enfados y envidias, la oportunidad de dar un portazo, hacer borrón, o coger el bloc entero cortarlo todo en pedazos y tirarlo al mar.

Shall I compare thee to a summer's day? Probablemente no, pero ¿a quién le importa? Seguramente es solo un eclipse parcial o incluso puede que un espejismo, pero voy a disfrutarlo todo lo que pueda. Que la vida es pa vivirla, ¿sabes? no merece la pena vivir con miedo y sumido en la monotonía, pero cada perro que se lama su capullo, ahora mas que nunca.

Es curioso como este tipo de cosas nacen y crecen donde menos te lo esperas ¿cómo puede algo tan, tan... indescriptible nacer de entre la sangre y el papel? Al igual que la flor de loto nace del sucio barro pantanoso, parece ser que hasta a la naturaleza le gusta jugar con nosotros, qué cosas.

Así pues, todo es incierto, los eclipses son diferentes dependiendo desde donde sean observados, y probablemente en esta ocasión sea así, pero no me preocupa.
Desde donde yo lo veo, el eclipse ahora mismo cubre casi todo lo que estoy tirando al mar, que es lo importante. ¿Y desde el otro lado? Todavía no lo sé, supongo que lo iré descubriendo, pero como digo, no me importa lo más mínimo. Y si se acaba pronto pues será que tenía que ser así y punto, de todas formas está claro que nada es para siempre.

A la mierda con todas las mentiras que te iba a contar, seguramente te parece que me gusta buscarme problemas y la verdad es que sí, ya me cansé de la monotonía, del tira y afloja y sobre todo de las mentiras, lo acabo de tirar todo al mar. Por fin estoy probando a ser real, a dejarme llevar por mis impulsos, a usar menos la cabeza.

Y me gusta, deberías probarlo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Words Are Cheap


Salió de la boca de un profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén: "Words are cheap".
Es como resumir todo lo que significan las palabras en sí usando tan solo tres de ellas.

Y cuánta razón tiene el Dr. Zohar, por cierto. Qué fácil y qué barato es a día de hoy insultar, difamar, desprestigiar y manchar la imagen de alguien con tan solo unas pocas palabras. Muy pocas personas son socialmente conscientes del efecto (o más bien "defecto") que producen, los demás tan solo son pobres ilusos; es más fácil conseguir la felicidad siendo tonto, eso es así. Por supuesto, es mucho mas sencillo soltar lo primero que se te pasa por la cabeza y justificarlo pensando: "Esto es un país libre, tengo libertad de expresión, ergo hago y digo lo que me sale de donde el Robe se tatuó azul una casita".
Esa gente es tan sumamente egoísta como para justificar el hacerle daño a alguien, aunque "solo" sera moralmente, a través de un derecho básico en la sociedad moderna. Cómo nos gusta aprovecharnos de los derechos, interpretarlos y usarlos como nos plazca y qué fácil es, ¿verdad?, y qué pocas veces miramos la lista de nuestros deberes cívicos y éticos.

Lo realmente difícil es pensar en los demás; cuanto nos cuesta, joder, qué bocazas somos, qué poco pensamos en las repercusiones, así nos luce el pelo. Pero como muchos escritores, poetas, filósofos y yonkis afirman, todo depende del punto de vista, y que tire la primera piedra aquel que nunca le haya tocado los huevos a alguien, con intenciones más allá de una simple broma y sabiendo que a esa persona le vas, al menos a incomodar con tus palabras. Siempre he pensado que el ser humano es tocapelotas por naturaleza, pero claro, cada uno las toca a su manera, como la batería.
Pero, ¿dónde está el límite?. Que yo sepa no hay regulación alguna a este tipo de "ataques" si se les quiere llamar así, a parte de la ostia en la boca o la conversación cordial poniendo las cartas -trucadas- sobre la mesa, aunque tanto en política como en el mundo del corazón (curiosamente gente con poco corazón) están de moda las demandas por injurias. Me parece muy bien, te llevas un dineral por la cara, pero la mierda te la llevas bien pegada por mucho que restriegues el zapato contra el bordillo.

El mencionado profesor, y ya que viene a cuento, también habló de "Apologies". Rediós, eso sí que nos cuesta. Y muchos pensarán: "Y si tengo libertad de expresión, ¿para qué tengo que disculparme por lo que digo? y una mierda; el que se pica ajos come"
Y da igual quien sea el ofendedor o el ofendido, qué mas da que sea un político extremista, un periodista deslenguado, la Belén Esteban o un amigo de toda la vida, todos tenemos la capacidad innata de reafirmarnos (o engañarnos) a nosotros mismos sobre lo buenos y listos que somos a través de decirles a otros todo lo negativo que pensamos de ellos, ¿algún/a aludido/a? pues que me disculpe por haber malinterpretado mis palabras.

Words are cheap, qué duda cabe.

martes, 4 de noviembre de 2008

Montando Películas (II): Timo & Tarja



Se conocieron como suele conocerse la gente normal, aunque ellos en concreto tuvieran poco de normales. Era un día incierto, de esos en los que no se sabe si brillará el sol o lloverá a cántaros. Fueron presentados por una amiga en común: "Timo, ésta es Tarja, Tarja éste es Timo" dos besos, lo típico.
Como acababan de conocerse y era temprano, no se prestaron demasiada antención; era como si presagiaran lo que iba a pasar tan solo unos días mas tarde.

De lo mucho que tenían en común, destacaba el que pocas veces actuaban como ellos eran en realidad, es decir: "actuaban" delante de la gente, bien por miedo a no ser entendidos o por no encontrar a nadie con quien compartir esa forma de ser y sentir tan fuera de lo común. No eran capaces de hacerle entender al mundo una visión que no se basara en las paparruchas de una u otra cadena de radio de difusión nacional, sino la del alma de cada uno y el color del cristal a través del cual se mirara.

Durante algún tiempo se dedicaron a decirse las típicas imbecilidades que se usan socialmente tanto para intentar saber alguna millonésima parte del otro ser como para intentar que el otro no las averigüe de ti, interesante juego.
Pero en el fondo ambos sentían ese tipo de atracción que solo puede acabar de una forma y en un lugar concerto, normalmente.
Poco a poco empezaron a descubir que eran más similares de lo que pensaron en un primer momento y empezaron a abrir, poco a poco su caparazón en pos de un mayor entendimiento.
Lo que Tarja no sabía es que Timo tenía más películas en la cabeza que ya habían empezado hace mucho tiempo.

La cosa se ponía interesante y se complicaba en el nudo. Mientras Timo se liaba con sus películas, Tarja se planteaba tirarse de cabeza a la piscina, aunque ella misma, sin saber muy bien por qué, sabía que era mejor bajar poco a poco por las escaleras y mojarse primero los hombros y la cabeza; hizo bien, aunque tampoco sería justo decir que la culpa fue solo de Timo.

Las cosas seguían su cauce hasta que un día, por circunstancias de la noche y los malos vicios que en ella se poducen, venden y consumen, da igual el lugar, se acercaron al unísono;
cada vez se acercaban más, un poco más, más cerca, dudas, roce, más dudas, besos, pasión.
Así sucedió, tan rápido e intenso que a penas quedó tiempo para despedidas, y así de rápido empezó la cucharada de pasión clandestina a diluirse en un mar de dudas. Los dos lo aceptaron de buen grado y curiosamente al poco tiempo volvieron a hacerse poco caso y a dedicarse las típicas imbecilidades que se usan socialmente, bla, bla, bla.

Pero ya se sabe, donde hubo fuego quedarán ascuas, o algo así.
El ser humano es extraño, ¿no te parece?

lunes, 20 de octubre de 2008

Sweat and thoughts

Al acabar el día, después de haberme agotado tanto mental como físicamente, llego a un lugar donde el tiempo se para o va mas lento, según se mire. La verdad es que a veces tengo la impresión de que han pasado horas cuando en realidad solo he estado allí unos diez minutos. Un lugar donde puedo olvidarme por un momento de lo que pasa alrededor y centrarme solo en mí. Un lugar donde quedo conmigo mismo y trato una vez más de ordenar el puzzle que dibuja el laberinto.

Y no es nada fácil, créeme. Cuando me siento allí, casi desnudo, a penas puedo verme entre la espesa niebla que lo ocupa todo y mi voz es apenas un susurro a veces interrumpido por algún sonido inevitable en un sitio como ese.
Estando sentado, estiro el cuerpo entero y dejo que éste se relaje dentro de lo posible, cojo la postura que tan famosa hizo Rodin y me pongo a darle vueltas a todo.

Por fin encuentro el puzzle y me pongo con él, cada vez me cuesta más y eso que, en teoría, deberían quedar menos piezas. Creo que el problema es que al puzzle cada día se le van añadiendo más piezas y además a veces se desordenan ciertas partes, empiezo a sentirme un poco como Jigsaw, pero sin malas intenciones. Esta pieza por aquí, o por lo menos ahí estaba ayer, la otra por allá, que ahí es donde tiene que estar, y ésta aquí ¿que no encaja? ya verás si encaja, por mis cojones que encaja. De pronto empiezo a recordar algo que pasó hace poco, un sentimiento de odio propiciado por un individuo simiesco al que le bastaron dos palabras aunque se tendría que haber llevado dos ostias. Céntrate hombre, céntrate, hiciste lo más sensato, así eres tú, sensato. Respiro hondo y continúo con mi jornada puzzlesca, bonito palabro.

Vamos a ver, parece que una pequeña parte está completa, que ya es un comienzo, pero claro, hacer las esquinas del puzzle es lo más fácil, no tiene mucho mérito, encajar las piezas pequeñas del centro es lo realmente jodido. Se me ocurre algo: voy a poner una pieza aleatoria en el centro y voy a intentar reconstruir a partir de ahí. Pues no es mala idea, parece que la cosa va cogiendo cierta forma, abstracta, pero al fin y al cabo forma. Continúo, ya he formado la estructura básica y lo que hasta este punto se puede hacer, ni más ni menos. Una vez más trato de adivinar cómo serán esas piezas que faltan, y a partir de esos dos o tres modelos que están en mi cabeza, imagino cómo podría resolver esos puzzles dentro del puzzle, pero eso ya es demasiado imaginar.

Aparte de esas zonas que mas o menos están hechas, bien por ser fáciles, bien por haberlas medio hecho poco a poco a partir de una pieza, todavía queda una zona que tengo reservada, una zona de la que no me quiero imaginar ni una sola pieza, una parte tan importante del puzzle que sin ella será difícil acabarlo, aunque mucha gente hoy en día prefiere prescindir de esa parte. Una zona tan complicada y a la vez tan hermosa que me hace sentir una emoción inmensa.
Como digo, esa zona está reservada, aunque con la espesa niebla que me rodea, todavía no he conseguido ver a nombre de quién.

domingo, 5 de octubre de 2008

Delirium Tremens, Teletubbies

El otro día tuve un sueño rarísimo; de esos de los que te acuerdas perfectamente de cada detalle por el impacto que te han causado, de esos que te hacen sudar y dar vueltas en la cama buscando el lado frío de la almohada.

Resulta que estaba yo por ahí, viviendo la vida como quien dice, pensando en todo y en nada y durante un paseo, me encontré con un gato de colores subido al quinto piso de un edificio en el centro de Granada. Hacía ya unos meses que no veía al gato, y la verdad es que estaba más agusto sin el."¿A dónde vas?, ¿de dónde vienes?, ¿qué vas a hacer?, ¿cuándo vuelves? dijo. Joder con el gato de los cojones, había cogido fuerzas después del periodo vacacional. Yo me hice el loco y seguí andando como si no lo hubiera visto y a los pocos minutos empezó a llamarme al móvil y viendo que no le contestaba me mandó un mensaje que ponía: "Q pasa? ya no tacuerdas de mí? o es que me tienes miedo?". Dios, ojalá nunca hubiera conocido al gato, que tío más cansino.

Seguí caminando cuesta arriba hasta que llegué a una colina desde la que se podía ver toda la ciudad. Cerré los ojos, abrí los brazos de par en par y respiré hondo, cómo me gusta esa sensación. Pero claro, los grandes momentos son el escenario más propicio para que venga un plasta y te los joda; abrí los ojos y allí estaba, un teletubbie rojo con una especie de quiste circular saliéndole de la cabeza ,mirándome con esos enormes ojos de plástico barato. Sin mediar palabra se tapó la boca como sorprendiéndose y se puso a bailar alrededor de mí. Cuando todavía no salía de mi asombro y ya estaba empezando a plantearme darle una patada y tirarlo colina abajo, otro teletubbie -el verde- se unió a la escena y me dijo: "si quieres, puedes estar aquí, en este sitio que tanto te gusta, ayudándome con mis tareas y te pagaré generosamente" . Fíjate, el gordo este con un pepino en la cabeza me cae mejor que el otro, que cosas. Acepté gustoso, aunque tampoco me aseguró que el puesto era mío, todavía tendría que esperar unos meses.

Mientras tanto yo seguía dando vueltas por la colina como buscando algo, pero sin tener muy claro el qué.
Me decidí a hablar con un enano calvo que al parecer llevaba un anillo a nosedonde. Me sorprendió que tuviera unos gustos tan parecidos a los míos y un lenguaje tan culto que daba gusto oírle, pero de pronto, y después de pasarme una hora hablando con el, cambió su gesto y empezó a soltar patochadas, imbecilidades y soplapolleces sin parar.
Me dió tanto asco que decidí bajar la colina otra vez e irme al Rainbow a tomarme unas jarras con mis jevis pero para mi sorpresa el Rainbow estaba cerrado y en ese momento el gato empezó a llamarme otra vez al móvil.

"Este es uno de esos días en los que debería haberme quedado en la cama", pensé. Aunque a decir verdad todavía no me he despertado.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Crónicas de un plátano (II)

Todavía incrédulo, Jimmy se restregó los ojos y con la voz entrecortada a penas pudo soltar un par de monosílabos a los que Brian respondió con una sonrisa. "Sígueme, tienes que ver esto" - dijo Brian. Jimmy no sabía cómo reaccionar ante tal situación, en su interior sentía que debía seguir a aquel plátano al que acababa de conocer, pero por otra parte no sabía las intenciones de éste. Tras vacilar un momento decidió tener el valor de seguir a su corazón y juntos emprendieron su camino, una vez mas hacia lo desconocido.

Durante el camino, Jimmy se presentó y se disculpó por no haber sido capaz de responderle en un primer momento. "Así reaccionamos todos Jimmy, no te preocupes" dijo Brian. "¿Todos?" contestó Jimmy, "¿es que hay alguien más como nosotros?". Brian soltó una carcajada, cogió a Jimmy del hombro y mientras seguían caminando le dijo: "¿Acaso pensabas que eras la única fruta que se había alejado de los suyos porque no le aportaban lo que esperaba de la vida? ¿Creías que todos los plátanos eran como los de tu banano? ¿O acaso pensabas que eras el único que sentía que tenía que seguir sus instintos por poco lógicos que estos le parecieran?. Jimmy se quedó boquiabierto y no fué capaz de soltar palabra. Aquel plátano era como él, no cabía duda, por fin había encontrado a alguien que pensaba como él, que sentía como él, que tenía el impulso de querer conocer lo desconocido y de querer aprender y descubrir algo nuevo cada día. Qué feliz se sentía, por fín había encontrado a un Amigo.

Los dos plátanos siguieron caminando durante varias horas hasta que por fín Brian se detuvo justo delante de unos arbustos. "¿Estás preparado?", dijo. Jimmy asintió con cara de emoción. Cuando Brian apartó los arbustos allí estaban; fresas, mangos, higos chumbos, cocos, plátanos e incluso frutas que no había visto en su vida. Todos conviviendo en comunidad, todos juntos en un mismo lugar. Un viejo coco hablaba de filosofía con un melón mientras las fresas, mangos y demás frutas cocinaban y preparaban la mesa para un gran festín. ¿Qué estáis celebrando? - preguntó Jimmy. "La llegada de un nuevo miembro, tu llegada"

jueves, 11 de septiembre de 2008

Crónicas de un plátano (I)

Hubo un tiempo en el que todo era más fácil; no había obligaciones, muy pocas necesidades, ganas de descubir el mundo, mucha gente nueva y una cinta Tdk de 90 minutos.

Y allí estaba Jimmy, más feliz que una perdiz con los demás plátanos en la megaforbia, jugando, viendo salir el sol y compartiendo experiencias. Iban pasando los años y Jimmy se daba cuenta de que siguiendo allí sólo vería lo que las ramas le permitían ver y aprendería lo poco que los demás plátanos le podían aportar, by the way, ya estaban un poco verdes para él. Fue pasando el tiempo y aunque Jimmy seguía en el banano, decidió darse un paseo por aquel lugar tropical del que solo había oído hablar a los plátanos del lado sur.
En sus salidas conoció a gente de todo tipo; cocos, a los que lo único que les importaba era su opinión y a los que no podía convencer de nada, mangos, los cuales vivían inmersos en un mundo de autocomplacencia de olores, sabores y demás placeres, higos chumbos, tipos difíciles de tratar, con entendederas muy limitadas y un extraño gusto por lo común, entre otros elementos de los que no quería ni acordarse.

A pesar de que Jimmy no encontraba a nadie que se le pareciera lo más mínimo, estaba feliz de saber que él era diferente y de que podía obtener conocimientos de todos esos frutos tan dispares que había por allí. Entre paseo y paseo volvía al banano para decírles a sus compañeros cuantísimas cosas había por ver en aquel mundo paradisíaco, pero a ellos les daba igual; eran felices con lo que tenían y hasta empezaban a mirar a Jimmy con cierto recelo cuando les hablaba de todo lo que para ellos era una locura, un mundo demasiado complejo para una fruta tan rica en hidratos de carbono y potasio.

Un día cualquiera y después de volver de uno de sus paseos, Jimmy escuchó las risas socarronas de sus compañeros y decidió esconderse para averiguar de qué se reían. Cual fué su sorpresa al descubrir que él era el objeto de las burlas y crueles comentarios de sus tan queridos plátanos, aquellos que habían convivido con él desde el principio de los tiempos cuando los atardeceres todavía eran rosas. Sin pensárselo dos veces se encaramó al banano, subió hasta arriba, recogió sus cosas y mientras los demás le preguntaban que a dónde iba con una sonrisa falsa, les escupió en la cara y se fué.

Todavía con las lágrimas en los ojos pero con la frente muy alta, Jimmy empezó el camino hacia lo desconocido, no sabía hacia donde iba, pero tenía claro que aquel ya no era su sitio. Caminó durante días por aquel lugar maravilloso, dormía entre hojas y comía lo que había sobrado de algún festín de mangos. Poco a poco se iba desanimando y ya no estaba tan seguro de lo que había hecho. "¿Debería haberme quedado con los demás plátanos?" - se planteaba Jimmy. "No, claro que no, ellos no querían vivir la vida más allá de la megaforbia, yo no soy uno de ellos".
Así pues, con su fuerza de voluntad y auto-convencimiento siguió andando durante varios días mas. Tanto andó bajo el sol que una mañana lavándose la cara en un río, se dio cuenta de que su color ya no era verde, era amarillo e incluso se vislumbraban unas diminutas manchas negras por todas partes. En ese momento le pareció ver en el agua otro reflejo, muy parecido a él pero mas grande y con manchas mas visibles. Levantó la cabeza, miró hacia el frente y allí estaba, era un plátano, el primero que veía en semanas y el primero que veía en tierra firme, sin racimo. Antes de que pudiera reaccionar éste se le acercó y le dijo: "Encantado, soy Brian"

lunes, 1 de septiembre de 2008

Bloody Foreigners: El reencuentro

Hace algo más de un mes volví a reunirme con los "Bloody Foreigners", esa banda que formé en Inglaterra con gente con la que he pasado uno de los mejores años de mi vida y por si fuera poco, algunos de los estudiantes Erasmus que nos vieron debutar el día 1 de Marzo de 2007 tampoco se quisieron perder el que sería nuestro octavo concierto. Tantos recuerdos volvieron a mi cabeza que esas dos semanas que pasé en la Comunidad Valenciana se me presentan como si de un sueño se tratara.

Para empezar tuve la oportunidad de convivir con una de las personas más especiales que he conocido en mucho tiempo, una persona con la que igual puedes hablar de cosas serias y componer música (a este le da igual el instrumento, los maneja casi todos) que irte de copas o hablar de heavy metal y tetas; a lo que yo llamo una persona completa, vamos. El señor Alberto De Arriba me enseñó que hay que tomarse la vida en serio hasta cierto punto, porque llegará el día en que quizás nos arrepintamos de todo lo que podríamos haber hecho, una simple pero gran enseñanza.
Además de este gran personaje, por supuesto, estaba Sézar, al que se también se le puede
considerar como uno de los "Bloodies" originales y uno de los máximos impulsores del proyecto musical, para que luego digan que los grandes perfumes no van en botes pequeños, qué gran perfume, que gran persona, con sus cabreos y sus ostias destrozando los platillos para que los hermanos de Arriba dejaran de improvisar con las guitarras (ay, que recuerdos) y con sus abrazos paternales y sus consejos de abuelo.
También se presentó allí el guitarra solista; Edu De Arriba, otro cacho pan y un pedazo de guitarra, aquel que, cual gran amigo me protegía y me ayudaba con una bondad infinita, la de ese hermano mayor que nunca tuve.
Una salmantina llamada Isa se personó a pesar de no haber practicado nada y la forzamos a que volviera a tocar esas canciones a las que tanta falta les hacía un teclado, y teniendo en cuenta que además la chica es lo mas buenagente habido y por haber, magnífica persona y amiga, pues tenía que estar en los Bloodies, cómo no. Por cierto, tuvimos la colaboración especial de Alex, que se lo tomó muy en serio, un buen chaval.
And last but not least, el grandísimo Normann, bajista Alemán con un corazón de Oro, con sus Oh my God y su sonrisa imborrable, una persona que sabe escuchar y uno de esos amigos que sabes que son para toda la vida.
Como contrapunto a esta orgía de bondad y amistad, por unas razones o por otras, otros miembros que habían formado parte del grupo no pudieron personarse por allí, personas que habiendo llegado más tarde también supieron sentir lo que era ser un "puto extranjero" o un "extranjero sangriento" como decían por ahí. Linda Bunkus, la chica alemana que fué corista, Gorka, el trompetista vasco y por supuesto Il dottore Mr. Valerio Chervino Quagmire, Napolitano, el tercer guitarra y como todos los demás un grandísimo amigo. Esto sí que era una piña.

Como decía al pricipio, esas dos semanas y pico que pasé allí ahora se me presentan borrosas; es la misma sensación que tuve al volver de Inglaterra, como si mi mente quisiera rememorar pero al mismo tiempo no me dejara; es como si mi cabeza quisiera estar todavía allí, disfrutando de esa gente, de esos momentos tan especiales, del ver a esos fieles Erasmus y dedicarles una canción al amanecer, de mirarnos todos a los ojos y decírnoslo todo sin una sola palabra.


Joder, como os echo de menos

domingo, 24 de agosto de 2008

Montando Películas (I)

Me gusta utilizar esa expresión: montarse una película. La vida en sí es una película en la cual, todos y cada uno de nosotros somos el protagonista principal, el héroe o el villano, el rebelde, el astuto, el vago, el bueno, el feo y el malo. Todos tenemos el poder absoluto sobre nuestro guión, en cada momento, pero eso es otro tema del que ya iremos hablando.

Hoy me quiero centrar en las películas que nos montamos todos los días; esas que están fuera de guión, capítulos de relleno si queréis llamarlo así, las que solo ocurren en nuestra cabeza, aquellas que a veces nos montamos con tanto empeño que al final hasta nos parecen reales.
Es fácil montarse una película: sólo hacen falta un par de protagonistas, una situación diferente, interpretar las cosas como te salga de los cojones, ilusiones y por supuesto mucha imaginación. Normalmente al montarnos una película tomamos como referencia, obviamente, situaciones que estamos viviendo en esa saga de nuestra película principal.

Pongamos por caso la historia de Timo. Timo es un chaval normal, que vive una vida normal, en un país peculiar, como el de las maravillas pero con más reinas que conejos (bueno, la verdad es que aún así había demasiados conejos blancos). Un buen día, el bueno de Timo, entre los pocos altibajos en su vida-normal decidió que ya estaba harto de tanta normalidad; estaba cansado de sus amigos normales, de su cerveza normal, de sus novias medio-normales y decidió romper con todo. Como era un poco vago (lo normal) decidió en vez de tragar con la realidad, afrontarla e intentar cambiarla, mejor montarse una película tomando elementos de su vida y entremezclarlos de tal forma que pareciera que ésta dejaba de ser normal, todo esto casi sin darse cuenta. Todo le parecía tan bonito... "claro, esto tiene que ser así, no queda otra" -pensaba Timo- "las señales son claras, no estoy equivocado y aunque la situación es difícil yo SÉ que esto tiene que ser así, por fuerza".

Timo, poco a poco se iba montando una película cada vez más grande y además, por si fuera poco, no se le ocurrió otra cosa que un día, después de haber bebido lo normal, montar otra película, pero esta vez a su amiga Tarja, la cual no cabía en su gozo. No quería darse cuenta de que las películas que estaba montando no tenían un final claro y él lo sabía, se negaba a aceptar la realidad y continuaba con ellas, a ver que pasaba. Tal fue su empeño en seguir con las películas que un buen día acabó compuesto, cenando solo y lamentándose por haber sido tan sumamente gilipollas. ¿Pero sabéis lo que hizo? Seguir montándose películas porque en el fondo sabía que si se esforzaba lo suficiente conseguiría que esas películas pasaran a formar parte de su vida y al final lo consiguió. Aún así, continuará.

lunes, 18 de agosto de 2008

Esos pequeños detalles

Pues sí, parece ser que en este mundo de grandes cosas como rascacielos infinitos, compañías que poseen billones y famosos que gastan más en cocaína que en luz, lo que realmente importan son los pequeños detalles, qué cosas. Siempre he sabido cuando algo es realmente importante, al menos claro está, para mí. He sabido apreciar más el abrazo sincero de un amigo, que un favor económico, un toque de alguien a quien no ves hace años como diciendo: ¿cómo estás? que una llamada por compromiso, un beso espontáneo que un polvo por despecho, así de fácil.

En cuanto nos empieza a decepcionar más el hecho de que nuestro equipo de fútbol ha perdido que aquellas 2 ó 3 malas palabras que tuvimos hace tiempo con una persona especial, es cuando empezamos a deshumanizarnos. Hoy en día la mayoría de la gente, por desgracia, siente y vive así, valorando más ver un programa de mierda en la tele en el que todos hablan al tuntún, se insultan y casi se arrancan la lengua -lo cual me recuerda a "Rebelión en la granja" de George Orwell, qué gran libro - que irse de jarras con un amigo de toda la vida, aunque sea para hablar de las últimas noches con poco espacio en la cama.

El mundo está cambiando, sí, pero para mal. Por lo menos me queda la esperanza de saber que somos muchos los que sentimos y vemos la vida así aunque por desgracia y si las cosas no cambian pronto - no hay mas que ver las nuevas generaciones que vienen - cada vez seremos menos, y hay que saber que el mundo cambiará gracias a los pequeños detalles, esos pequeños detalles tan importantes como tú y yo.

miércoles, 13 de agosto de 2008

The Story of Stuff

Hace poco me topé con este interesante vídeo : "the story of stuff" lo que viene a ser algo así como "la historia de las cosas". Se trata de un mini-documental que de una forma sencilla muestra con hechos cómo la sociedad de consumo no sólo consume (y valga la redundancia) al ser humano como tal, sino que además lo hace con los recursos del planeta. Un buen documento que nos puede ayudar a tomar conciencia de lo que estamos haciendo incluso sin darnos cuenta. Ya me contaréis que os parece. Podéis encontrar la versión original en inglés y +info aquí: http://www.storyofstuff.com/

domingo, 10 de agosto de 2008

Goal or Checkpoint?

Estando ahora más cerca que nunca de cumplir un sueño, sigo preguntándome si cuando llegue el día D me sentiré completamente realizado o solo será una etapa más de la marcha hacia la estabilidad. La verdad es que nunca me he preocupado demasiado por el futuro, siempre lo he visto como algo lejano, que está por llegar, hasta que un buen día te das cuenta de que el futuro está tan solo a 9 ó 10 meses y te acojonas. Ahora el sentimiento es más bien de incógnita, incluso de curiosidad, pero sobre todo de uncertainty.

Los amigos siempre están ahí, con esos pequeños detalles que te ayudan a auto-convencerte de que el futuro al que te enfrentas es el que siempre has deseado y que llegado el día vas a ser el mejor y nada te va a detener, pero claro, del dicho al hecho hay un trecho, y tú, claro está, no lo ves tan fácil:

En los bailes de pensamientos y sentimientos (o los de racionalidad y sueños) siempre hay algunos que pisan a otros, no todo el mundo sabe bailar al son de la música. Afortunadamente de ese baile saldrá, antes o después la cenicienta, que ha perdido un zapato por un pisotón de un hijoputa llamado dinero que le ha hecho comprender que, desafortunadamente el mundo no es tan rosa como ella pensaba, pero que tiene que tirar palante si no quiere que venga el moscón de turno a tirarle los trastos.

jueves, 7 de agosto de 2008

Inaugurando un nuevo Pierde-tiempos

Será cosa de la edad, será por que siempre me ha gustado que me escuchen o será que tengo demasiado tiempo para pensar, lo cierto es que he decidido hacer algo que hace tiempo tenía en mente, de ese tipo de cosas que siempre tienes ahí, como en standby y un día te dices: ¿por qué no? y te lanzas a la aventura, a ver que pasa. Pues sí, me he agenciado un Blog, cosas de la vida. Seguramente igual cuelgo un vídeo con el que me he descojonado que os suelto una parrafada de quedarme en la gloria, así soy yo. Depende del día, de la hora, del clima y de lo que me hayan tocado los huevos. Habrá novedades